Laughing Stock comienza con unos quince segundos de tenso silencio, durante los cuales al oyente le da tiempo para pensar que la copia que estamos escuchando es defectuosa. Pero, al subir el volumen del equipo de música, se puede comprobar que dicho silencio no es tal; se oye el tenue crepitar de un amplificador. El resto de esa canción, de título “Myrrhman”, se caracteriza por una densidad invernal, pero al mismo tiempo ardiente como el frío más intenso. Esta canción sirve para que nos adentremos en el ejercicio de depuración estilística más radical de cuantos emprendieron Talk Talk en una carrera con una evolución de lo más extraordinaria y anómala.
“Myrrhman” construye un refugio sonoro a partir de poco más que unas notas de piano aquí y allá, unas pinceladas uniformes de cuerdas, guitarra y la majestuosa voz de Mark Hollis, una voz cada vez más decididamente negra, con una gama expresiva muy amplia y matizada, que consigue sonar a la vez en paz consigo mismo y extasiada, confundida y serena, que se interroga a sí misma, al oyente y su visión del mundo. Es la voz de Hollis uno de los elementos que más contribuyen al tono religioso y solemne de un disco que, sin embargo, sabe evitar ser autoindulgente en todo momento, manteniendo los pies en esa tierra de la portada que tan bien sabe plasmar el sonido de esta grabación: un árbol alimentado por un escuálido río, y plantado en una tierra oscura y desolada, un árbol aparentemente sin hojas pero que, en realidad, conserva vida en unas pocas partes, en las que podemos ver multitud de aves exóticas de vistosos colores aferrándose a unas pocas ramas que aún conservan hojas, y que en conjunto representan un mapamundi.
Al igual que el árbol, el disco es en apariencia esquelético (un adjetivo que aparece en casi todas las críticas de la época), pero en realidad detallista y exuberante, y es que, pese a la apariencia minimalista, en los créditos podemos leer hasta 21 nombres, entre los de la propia banda, una sección de cuerdas y un clarinetista. Entre todo este entramado instrumental, sin embargo, Talk Talk dieron especial importancia a unos silencios cargados con el sonido ambiente del estudio de grabación y que no hacen sino acentuar la efectividad del resto de los instrumentos, además de que permiten evitar que el disco caiga en la frialdad académica. Mark Hollis dijo en una entrevista publicada en The Wire que:
“El silencio es el instrumento más importante que poseo”
Quizás sea éste el secreto de la épica contenida que tan bien va con el tono catártico y religioso que recorre todo el disco, a través de referencias religiosas que también se pueden rastrear en las excelentes, complejas y algo crípticas letras de Hollis o, directamente, en títulos como “Ascensión Day” o “After the Flood”.
Talklist
01Myrrhman
02Ascension Day
03After The Flood
04Taphead
05New Grass
06Runeii
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