"Con un claro sabor a alucinógeno, el rock de Sparklehorse se sitúa a mitad de camino entre Crazy Horse y Spacemen 3. Y es que escuchar la música que surge de la cabeza de Mark Linkous supone aspirar aromas procedentes de las praderas norteamericanas mientras la cabeza es asaltada por acordes espaciales.
"It’s a wonderful life" es su tercer disco y data del 2001, supuso un salto en ambición. La grabación contó con las colaboraciones de lujo de Tom Waits, PJ Harvey o Dave Fridmann. Después de las dos primeras grabaciones en las que Linkous lo hizo casi todo en su estudio ‘Static King’, llegó la hora de dar un salto cualitativo, para ello caminó junto a Fridmann en el proceso de grabación. La obra supuso remarcar más si cabe el acento surrealista de los discos anteriores, y tiene algunos temas realmente maravillosos. ‘Keep all your crows away, hold skinny wolves at bay in silver piles of smiles, may all your days be gold my child’ reza el estribillo de Gold Day, el segundo corte del disco y a la postre una de las canciones más bellas que Sparklehorse jamás hayan producido.
Linkous es un hombre esquivo al estilo de los grandes, pero que se mueve en el terreno de los pequeños y que no tiene pensado salir de él. Nunca veremos a Sparklehorse tocar en un estadio, ni en un gran auditorio acompañados por una orquesta sinfónica, para encontrarnos con Linkous y compañía tendremos que movernos a sitios con mucho humo donde las cosas son mucho más cercanas y las canciones mucho más disfrutables. Y si algo tiene Sparklehorse son canciones, canciones enormes."
Apple bed:
Desearía tener
La cabeza de un caballo
El corazón de un tigre
Una cama de manzanas.
Babies on the sun:
El sonido de tu voz
Levantó tumbas de gatos
El estrépito de tus pasos
Despertó cuevas de murciélagos
Bebés en el sol,
Bebés en el sol.
Tu primer aliento ardiente
Fue una sinfonía
Y una nave llena de caballos
Bajó al mar.
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